¿Qué les pasa a los jóvenes?

Nunca se habían observado tantos problemas de salud mental como los que parecen tener lugar en la actualidad en el ámbito de la juventud. ¿Qué les pasa a los jóvenes? Sus emociones surgen y se muestran de forma intensa y alocada, se aburren, se angustian y traspasan su malestar al cuerpo, parecen sufrir sin sentido como nunca había ocurrido en otras generaciones, todo ello aparece desconectado de las palabras y de los hechos.

Se les llama la generación del milenio, nacieron entre los diez últimos años de los noventa y los diez primeros del dos mil, pertenecen a una sociedad donde las nuevas tecnologías y las redes sociales ocupan gran parte de su rutina, es una sociedad donde la información fluye con abrumadora rapidez, se encuentran con un mundo de opciones a escoger,a decidir; la incertidumbre es una constante, el bombardeo es intenso, seleccionar y elegir la información adecuada es todo un reto.

Están formados y especializados en temas muy específicos, son autodidactas y emprendedores. Sin embargo, el mundo laboral y los recursos económicos no se encuentran tan fácilmente a su alcance. Muchos de ellos a pesar de haber dedicado gran parte de su tiempo a ello, no encuentran una respuesta acorde a sus expectativas en el mundo laboral, o una respuesta económica acorde a sus necesidades.  Es un mundo contradictorio donde es difícil encontrar el lugar que desearían. Emanciparse resulta una utopía en no pocos casos.

Nunca antes había existido tanta información sobre el mundo emocional de las personas, ni se había dado tanta importancia de la prevención en el ámbito educativo, sanitario y familiar.

Paradójicamente nunca se habían observado tantos problemas de salud mental como los que parecen tener lugar en la actualidad en el ámbito de la juventud. ¿Qué les pasa a los jóvenes? Sus emociones surgen y se muestran de forma intensa y alocada, se aburren, se angustian y traspasan su malestar al cuerpo, parecen sufrir sin sentido como nunca había ocurrido en otras generaciones, todo ello aparece desconectado de las palabras y de los hechos.

Conectar con las emociones requiere parar y lentamente ir entendiéndolas para darles el significado que merecen. Supone intentar encontrarse con uno mismo, mirar en nuestro interior poner palabras de forma lenta y pausada, a nuestra identidad, deseos, inquietudes, en este caso, las de los jóvenes.

La juventud, siempre ha sido y será la etapa de la vida en que uno accede a la vida adulta, se emancipa, se independiza y encuentra su camino. Parece que ese camino natural de la humanidad, no se da de forma tan fácil en los Millennial, muchos siguen viviendo con sus padres o en un piso compartido. Ello apunta directamente a la autoestima del joven. La familia y los de alrededor no lo entienden, si el joven no alcanza los objetivos que se esperaban de él, es marginado, no se adapta y no se entiende su malestar, pero viéndolo así tiene sentido y se reconoce como un problema de importancia.

Los Jóvenes, en muchas ocasiones, no encuentran su lugar, y esto es un aspecto fundamental para su salud mental, como lo son también las relaciones con los amigos, el uso del ocio, la actividad física, las relaciones sexuales, el entorno laboral y también el político, que actualmente parece dominado por el enfrentamiento y las descalificaciones públicas de las diferentes fuerzas parlamentarias que lejos de entenderse, dejan entrever elevadas dosis de enfrentamiento dotado de no poca agresividad verbal.

Existen grandes avances en materia de igualdad de género en las últimas décadas y sin embargo nunca fueron visibles tantos conflictos de pareja como en la actualidad. A todo ello se añade que estos jóvenes, han crecido en un mundo relacional mucho más complejo donde las readaptaciones y cambios en los lazos afectivos derivados de separaciones y divorcios se han incrementado en los últimos veinte años en España, llegando a ser parte del escenario de muchos niños y adolescentes. Aunque las rupturas, sin embargo, no tienen porque tener consecuencias traumáticas para los hijos, son situaciones complejas que generan estrés, y cuya comprensión y entendimiento es crucial, debido a su propia complejidad, no son explicables por sí mismas y son susceptibles de generar interpretaciones erróneas y por lo tanto de producir efectos traumáticos.

Otro aspecto que conviene destacar, característico de nuestra sociedad, son los patrones de consumo, la oferta de productos del tipo que sean, es incalculable, ante ella hay que elegir, y ello define a la persona, en la juventud el consumo aparece muy ligado a la imagen personal y a las situaciones de ocio. Las drogas no son diferentes en este sentido, su abuso tiene consecuencias graves para la salud, tanto física como psicosocial.

Según la revista de Estudios de Juventud del Injuve número 84 de marzo de 2009, se observan diferentes problemas en la juventud diferenciando entre sexos, así:

La conducta antisocial, los trastornos perturbadores y el déficit de atención son más característicos de los chicos, en la juventud, las actitudes violentas aparecen de forma alarmante en el ámbito familiar, escolar y cívico, los chicos se revelan y gritan demasiado fuerte. En los trastornos disociales el predominio de los varones es de una proporción de cuatro chicos por cada chica.

En los adolescentes el TDAH lleva a un bajo rendimiento académico, a una baja autoestima y a un deterioro de su competencia social. Se trata de un trastorno más prevalente en chicos (10%) que en chicas (3%), aunque el dato de éstas últimas puede estar por debajo de la realidad.

La escuela, el Instituto, o la Universidad, son los lugares donde los jóvenes han pasado más tiempo de su vida, y por ello el espacio social donde se producen gran parte de los problemas que afectan a la juventud, y es el medio con el que tienen que convivir, entenderse, integrarse y sobrevivir.

La ansiedad en sus diferentes modalidades y la depresión, son sin duda el trastorno más frecuente en la sociedad actual, especialmente entre los jóvenes y los ancianos, las chicas son más propensas a presentar este tipo de trastorno, se deprimen dos chicas por cada chico. La soledad, la falta de autoestima, angustia generada por un futuro incierto, la agresividad social.

Se estima que entre un 2 y 4% de los adolescentes presentan ansiedad de separación.

La fobia social en adolescentes se produce con una prevalencia del 1.6%, siendo más frecuente en mujeres (2.1%) que en varones (1%).

En los trastornos de la conducta alimentaria, lo más llamativo es que el 90% de los casos son mujeres y la edad media de inicio es al final de la adolescencia, aunque son cada vez más los casos en los que el trastorno se inicia en niñas menores de 14 años. Las estadísticas nos indican que a los 15 años una de cada cuatro chicas hace régimen en España, sin que en casi ningún caso tengan problemas de sobrepeso. A la pregunta de ¿"te ves gordo/a aunque los demás te vean delgado/a?" el 58 % de estas chicas de 15 años contestó afirmativamente frente a un 19% de chicos.

El suicidio, es un fenómeno complejo y multidimensional con raíces en factores familiares, educativos, sociales clínicos y psicológicos, en España las tasas no son muy elevadas en comparación con otros países, sin embargo, en el año 2006, produjo el triple número de muertes entre los jóvenes que la violencia de género. Los datos proporcionados por la estadística judicial de suicidios, arrojaban para España, en el año 2006, un total de 2017 suicidas, de los que el 89,5% fueron suicidios consumados. De ellos, un 13,44% del total y un 11,8% de los consumados corresponden a adolescentes y jóvenes de 13 a 29 años. La población de 13 a 29 años era en España para 2006 de 9.986.915 de individuos, lo que supone un 22,34% de la población total.  Las tasas de suicidio resultantes en la población joven son de 1,02 por 100.000 entre los menores de 19 años y de 2,66 por 100.000 entre los jóvenes de 20 a 29 años, en ambos casos con una marcada diferencia según el sexo; entre los adolescentes la tasa masculina (1,32) es doble de la femenina (0,70).

Según La revista de Estudios de la Juventud, Las tendencias de consumo de drogas en la juventud española indican que El alcohol sigue siendo, con diferencia, la droga más consumida por los jóvenes, siendo característico de esta generación un consumo en grandes cantidades durante los fines de semana. Le siguen el tabaco y el cannabis. La proporción de estudiantes que ha tomado tranquilizantes ha aumentado. El uso del resto de sustancias (cocaína, éxtasis, alucinógenos, anfetaminas, sustancias volátiles, heroína) está mucho menos extendido, Parece que las prevalencias de consumo de la mayoría de sustancias se están estabilizando, aunque sus consumos en España están a la cabeza de los países occidentales.

http://www.injuve.es/observatorio/salud-y-sexualidad/no-84-la-salud-mental-de-las-personas-jovenes-en-espana




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