Análisis de las necesidades infantiles
Si algo impacta al adentrarse en el estudio de la especie humana es su propia complejidad y las extraordinarias condiciones en que nos desarrollamos, además de la curiosa individualidad, que nos caracteriza, entre millones de individuos, ninguno somos igual a otro, sin embargo, para la supervivencia, se necesitan unas condiciones básicas, todo niño tiene una serie de derechos referidos a la satisfacción de sus necesidades fundamentales que deben ser consideradas universales, se trata de poner el acento en qué necesitan los niños.
Los niños tienen necesidades fisiológicas, pero también, mentales, emocionales, sociales, somos seres de CONTACTO Y VINCULACIÓN y de participación y autonomía
La Convención sobre los Derechos del Niño establece el derecho de todos los niños a un nivel de vida adecuado para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social.
En el año 2000, 189 países acordaron en el marco de las Naciones Unidas los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). El primero de estos objetivos –erradicar la pobreza extrema y el hambre– es fundamental para lograr el progreso de las naciones.
Cuando hablamos de necesidades queremos decir que el ser humano, para desarrollarse adecuadamente necesita de determinadas condiciones ambientales y cuidados afectivos y sociales.
El hombre necesita unas cosas y no otras, tiene una manera de ser que le es propia, que sólo se desarrolla bien en determinadas condiciones. No vale cualquier ambiente ecológico, cualquier contexto social, cualquier oferta de cuidados.
Nuestras necesidades se satisfacen dentro de determinadas condiciones de la oferta ambiental y social que hacemos a la infancia. Estas condiciones, si no son adecuadas, pueden hacer imposible o muy deficitaria su vida biológica, hacer imposible el desarrollo de sus capacidades mentales y amenazar su vida emocional o social.
Todo ello sin perder de vista la diversidad, y las diferencias sutiles entre los seres humanos. Sin olvidar que el ser humano es un ser activo, pre-orientado socialmente y con gran capacidad de aprendizaje.
Todo ser humano necesita vincularse, considerar el papel activo del individuo en su propio desarrollo.
Partiremos de un modelo explicativo interaccionista entre el individuo y la sociedad en que vive, en donde biología y cultura sean considerados como factores necesarios para entender la evolución.
Se debe considerar al niño como un agente activo que participa en la satisfacción de sus propias necesidades y las de los demás, pudiendo modificar el entorno o modificarse como o consecuencia de su conducta.
Según Félix López (en Introducción: Del buen trato al maltrato. La necesidad de un discurso sobre las necesidades de la infancia) podemos hablar de las siguientes necesidades:
1. Somos un organismo vivo y tenemos unas necesidades biofisiológicas: Tenemos un organismo que necesita comer, dormir, respirar y que todos sus sistemas fisiológicos funcionen bien. Condiciones necesarias para sentir bienestar y que nuestro organismo se desarrolle bien. Que los intercambios con el medio ambiente funcionen bien, que los sistemas del organismo funcionen de forma adecuada, tener buena salud. Estamos anclados a la vida orgánica, se necesitan unas condiciones concretas. Tenemos que estar atentos al déficit y amenazas de siempre (hambre, enfermedad, agua contaminada etc.) y a los nuevos riesgos.
-En la especie humana, las crías deben ser planificadas en un momento biológico y social adecuado: cuando se tienen las condiciones óptimas para la crianza.
-La alimentación debe ser suficiente, variada, estar bien secuenciada en el tiempo y adaptada a la edad.
En los primeros meses es especialmente importante la lactancia materna por razones biológicas y socio-emocionales.
- La temperatura adecuada debe ser garantizada con apropiadas condiciones de vivienda y vestido.
El riesgo en este caso son los problemas de salud relacionados con condiciones de temperatura inadecuadas: congelación, resfriados crónicos, calor excesivo, etc. Problemas que viven fundamentalmente en los países pobres.
-El ambiente que respiramos y nos envuelve. Son muchos los niños que viven en condiciones ambiéntales de riesgo.
-La necesidad de dormir suficiente tiempo y en condiciones ambientales adecuadas es también fundamental para el desarrollo. Los lugares demasiado ruidosos, fríos, no higiénicos no ofrecen condiciones adecuadas a la salud. Los horarios de sueño deben ser regulares y amplios.
Las crías necesitan dormir mucho tiempo y bien. En realidad lo mejor es que autorregulen su sueño, sin interferencias. Y si son inevitables las interferencias por los horarios escolares y los de los propios padres, consigamos que duerman suficiente y bien. Un menor que no duerme bien sufre consecuencias generalizadas, porque nuestro cuerpo necesita descansar y el sueño es la forma más privilegiada de descanso.
-La necesidad de actividad corporal, propia de todo organismo vivo animal, es necesaria para que tengan lugar los procesos madurativos y el adecuado desarrollo motor. Los niños deben estar suficientemente libres y disponer de hábitat apropiado, a ser posible con amplios espacios de tiempo al aire libre y en contacto con los elementos naturales (agua, tierra, vegetación, animales, etc.) para llevar a cabo una variada actividad corporal. Los juguetes de uso individual y, más aún, los juegos colectivos son fundamentales; para esta necesidad especialmente los que requieren esfuerzo y destrezas físicas.
-La higiene del entorno, de la casa, del centro educativo y del propio cuerpo. No solo por razones de salud, sino también por educación social y por estética. Estas limpio, oler bien, vestir ropas limpias, tener aseado todo el cuerpo, vivir en una casa limpia, en un centro limpio y calles limpias es bueno para la salud (para los alimentos, para evitar parásitos, etc.), las relaciones y el bienestar en general.
-La salud y el tratamiento de la enfermedad. La prevención y tratamiento de la enfermedad y la promoción de la salud en cuanto bienestar positivo.
-Los niños necesitan estar protegidos de numerosos peligros reales. Los hay de muchos tipos. Accidentes domésticos, situaciones de guerras, niños soldado, formas de ocio de los adolescentes actuales que incluyen el consumo de alcohol
2. Necesidades mentales
Tenemos un sistema nervioso y un cerebro, con capacidades muy complejas, aprender infinitas cosas pensar, hablar, escribir, inventar, reflexionar, hacerse preguntas, buscar el sentido de la vida, etc. tenemos necesidades culturales y mentales
Lo niños y las niñas necesitan sentirse seguros e interpretar positivamente a los seres humanos, sus relaciones y el sentido de la vida. Y, digámoslo de una vez, no hay bienestar personal y social sin estar reconciliados con el mundo, el ser humano y la vida. La razón no puede ser más evidente: esto es lo que somos. Si a algo aspiran los padres y madres es a ofrecer un lugar seguro a sus hijos, unas relaciones amorosas por las que arriesgar y un amor a la vida. Necesitan esto, y los padres y la escuela y la sociedad deben ofrecérselo, cada cuál desde sus creencias religiosas, si fuera el caso, o desde los mejores valores humanistas.
La necesidad cognitiva
-La necesidad de estimulación: reconocida por todos los especialistas. Especialmente cuando se muestran activos. Los niños nacen con capacidades sensoriales bastante desarrolladas a nivel auditivo, visual y táctil, y con capacidad de aprendizaje físico y social, prácticamente desde el primer día, realizando rápidamente aprendizajes complejos. La privación sensorial, impide un desarrollo adecuado.
- La necesidad de exploración del medio físico y social: para ello deben de disponer de posibilidades de contacto con múltiples objetos, agua, roca, arena, plantas, animales y personas. Un conocimiento directo es muy importante, los juguetes son importantes, ayudando a satisfacer su curiosidad. El juego con hermanos, primos, vecinos, compañeros de colegio, juguetes, destrezas motrices.
El riesgo en este caso es la reducción de la vida del niño a un ámbito espacial y social demasiado empobrecido, aburrido y limitado.
La necesidad de ser escolarizados, no es una necesidad biológica, ni siquiera es una necesidad mental de la especie humana en cuanto tal; pero si lo es la capacidad y por ello la necesidad de conocer los contenidos esenciales de la cultura que nos permiten vivir en la sociedad, trabajar, etc. Por ello, en cuanto seres eminentemente culturales, en todas las sociedades desarrolladas la asistencia a la escuela (o a un sistema alternativo de enseñanza sistemática) es fundamental.
-Entre todos los contenidos escolares es especialmente importante el buen aprendizaje del lenguaje oral y escrito, porque es la herramienta fundamental para adquirir conocimientos y rendir bien; también para comunicarse socialmente y laboralmente.
El fracaso escolar alcanza entre nosotros al 30% de la infancia, lo que inadmisible: ¿Cómo aceptar que una institución a la cual hay que ir de forma obligatoria, te descalifique y te declare fracasado? Las consecuencias pueden ser devastadoras. La escuela debería combinar la transmisión de conocimientos con la aceptación de todos los menores, con independencia de los resultados de las evaluaciones. La escuela debería ser también la escuela de la aceptación y del bienestar.
-Los niños necesitan también comprender el significado de las cosas, de las personas de las conductas y del mundo. De la realidad, de hacerse preguntas.
-El desarrollo del juicio moral y la asimilación crítica de valores y normas sociales que permitan controlar la conducta y desarrollar comportamientos prosociales, ser un buen ciudadano.
Es importante fomentar una visión positiva, flexible y abierta de la realidad. Con una visión positiva y esperanzada de lo que podemos esperar del mundo futuro.
El abandono físico y negligencia, retraso en el desarrollo, transmisión de una visión pesimista desde el malestar personal, la manipulación a través de las creencias, atenta contra las necesidades básicas de la infancia.
Es importante encontrar respuesta ante temores imaginarios, es necesario proteger ante riesgos imaginarios, a medida que aumenta su capacidad de pensamiento y fantasía son conscientes de las amenazas que puede sufrir su seguridad emocional, sus vínculos afectivos y su salud. El gusto de los niños por los cuentos clásicos refleja este interés por los conflictos en que se pueden ver involucrados: miedo al abandono o pérdida de los padres, rivalidad fraterna, enfermedad, muerte, etc. Es importante que los niños sean protegidos, escuchándoles y comprendiendo sus temores, a la vez que se les den mensajes y se le ofrezcan conductas tranquilizadoras por parte de los padres y el entorno. Esta necesidad está muy ligada a la necesidad de seguridad emocional.
Hay que ofrecerle seguridad y cuidados, de forma que cuando tengan algún temor hay que estar seguros de que no les vamos a fallar.
3. Necesidades emocionales y sociales: Hacen referencia a lo que necesitamos socialmente y emocionalmente para sentirnos bien, desarrollarnos bien y relacionarnos adecuadamente con los demás.
Los seres humanos sentimos, somos sensibles, nuestro organismo presenta reacciones fisiológicas que se reflejan psicosomáticamente (con cambios hormonales o del ritmo cardiaco o respiratorio, etc.) a través de nuestro cuerpo y sus funciones y esto lo sentimos psicológicamente. Los vínculos afectivos nos unen a los demás.
Somos seres para el contacto y la vinculación. NECESIDADES DE CONTACTO Y VINCULACIÓN Estamos además muy dotados para ello: para acariciar y para amar; para ser acariciados y amados, esa es la verdad de nuestra especie.
Hoy puede decirse que toda la psicología evolutiva reconoce que los niños están originalmente orientados e interesados por los miembros de su especie y que dicho interés y pre-orientación incluye, como un elemento básico, la necesidad original de establecer vínculos afectivos.
Es en la interacción íntima donde los niños reciben gran cantidad de estimulación social. Contextualizada en un clima afectivo que le permite aprender a la vez que sentirse seguro. Son interacciones rítmicas, por turnos, asimétricas, específicas, en continuo cambio. Si esto no está, lo que nos encontramos es que su desarrollo queda amenazado. Sobre la relación afectiva se asientan las bases de la comunicación y el desarrollo mental, fomentan la salud física y psíquica.
El bienestar emocional es el medidor de la felicidad:
-Necesidad de comprender, expresar, compartir, regular y usar socialmente bien las emociones. Tanto las positivas (alegría, felicidad, placer, empatía, ternura, etc.), como las negativas (tristeza, ira, miedo, aversión, ansiedad, etc.). Todas las emociones son útiles dando significado a las cosas, sucesos y relaciones.
Para ello es necesario que los padres tengan numerosas y cálidas relaciones emocionales con los hijos. Siendo también modelos en la regulación emocional y el uso social de las emociones. La escuela debe completar la educación emocional a través del currículum oculto.
-Necesidad de seguridad emocional: aceptación, estima, afecto y cuidados eficaces:
Es la necesidad más primaria, e incluye la experiencia de ser aceptado incondicionalmente, querido valorado y cuidado por personas que se perciben como eficaces. Sentirse querido, aceptado, acompañado, apoyado etc.
La insatisfacción es vivida como abandono, soledad, marginación, rechazo, aislamiento, inseguridad, miedo, etc. Esto se satisface fundamentalmente a través del apego. Condición imprescindible para el desarrollo de la infancia, siendo esta la base de la autoestima y del desarrollo de la identidad personal.
El riesgo está en la ausencia de estas figuras y las deficiencias de éstas, que condenan a la carencia de vínculos incondicionales y la formación de patrones de apego ansioso. El riesgo está en la soledad emocional, sentimiento de tener a nadie incondicional con el que contar.
-Necesidad de red de relaciones sociales: El individuo tiene también la necesidad de relacionarse con los iguales y con la comunidad en que vive. No se puede sobrevivir aislado de la comunidad. Para no sentirse aislado, marginado y aburrido. Se satisface la necesidad de pertenecer a un grupo, una comunidad, se comparten proyectos, uno se divierte en común.
Los amigos y compañeros de edad nos permiten saber quién somos, cual nuestra identidad de niño, joven o adulto; comunicarnos con alguien que en ocasiones puede comprendernos y apoyarnos mejor; jugar y divertirnos de forma diferente, explorar la realidad más allá de la familia, ensayar conductas, defender nuestros derechos y los de los demás, etc.
La diferencia más importante es que estas relaciones son voluntarias y siempre exigen reciprocidad, obligándonos a salir de nosotros mismos y tener en cuenta a los demás. Los padres nos vienen dados, los amigos y amigas nos los merecemos.
En relación con los iguales tiene especial significado en infancia la necesidad de jugar: La necesidad de jugar está presente en todas las especies cercanas a la nuestra, pero es en el caso de los seres humanos especialmente clara y significativa.
Hay que estar especialmente atentos a los menores que son víctimas de los demás. No se debe permitir que algunos alumnos queden marginados.
El riesgo es la soledad social. El sentimiento de estar marginado, de no tener iguales para jugar, explorar la realidad, formar grupos, etc. O el riesgo de ser víctima de los iguales.
- Necesidades sexuales:
La sexualidad se puede manifestar en la infancia de múltiples formas (autoexploraciones, exploración del cuerpo de otras personas, imitación de conductas observadas en los adultos, descubrimiento del autoerotismo y conducta masturbatoria, preguntas a los adultos sobre diferencias anatómicas, el origen de los niños, la forma en que se engendran, el significado de numerosas conductas sexuales, etc.). Estas manifestaciones deben ser respetadas y sus preguntas contestadas con veracidad y sencillez.
Necesidad de interacción sexual placentera e intimidad: los afectos sexuales del deseo, la atracción, el enamoramiento, la intimidad, el apego y los cuidados entre iguales. Los riesgos son la educación represiva sexofóbica, los abusos sexuales, y la transmisión de ideas destructivas sobre las relaciones amorosas. El respeto de la sexualidad infantil, instrumentalizar a los niños. Pero lo más importante en definitiva que las personas pueden formar parejas y quererse, que estas relaciones valen la pena y pueden salir bien.
4.-Necesidad de participación y autonomía: Los niños son actores dentro del sistema familiar, educativo y social, en general. Tienen el derecho y la necesidad de participar en las decisiones y situaciones en las que estén implicados en la medida de sus posibilidades.
No deben entenderse como receptores pasivos de beneficios y ayudas, sino como participantes activos en las decisiones y gestiones relacionadas con su vida. De esta forma se fomenta la participación y la autonomía.
El proceso de adquisición de la autonomía debe ir acompañado del establecimiento de límites en el comportamiento. Límites coherentes y definidos a través de formas de disciplina inductiva.
A TU TEXTO
La chaqueta, hecha un lío tirada en la cama, la mochila de patinar, en el suelo, los zapatos, desperdigados por el recibidor, los juguetes en la cama, en la sala y hasta en la cocina. ¡Ordena tus cosas! – dice su padre enfadado- ¡Todo esto, fuera de aquí! A cada paso se tropieza uno con algo tuyo. Por si no tuviera ya bastante trabajo. Este desorden no se puede aguantar. ¿Cuántas veces hay que decírtelo? ¡A ver si me haces caso!
Lucía no entiende porque se enfada su padre, recoger las cosas le parece una tontería y una pérdida de tiempo. ¿Para qué voy a recoger las cosas si después tengo que volver a sacarlas? ¡Que lata! Piensa con impaciencia.
No tengo ganas de ordenar esto. Hay cosas más importantes que hacer.
Cuando su padre ya no puede más es él quien recoge los juguetes.